jueves, septiembre 30, 2010

Seis cosas, y algo más, por las cuales no se debe jugar amigo secreto

Por Julián hernández

1) Yo sé que se juega con motivo de amor y amistad, ¿pero es necesario que lo bauticen como “amigo secreto”? Digo, si uno suele jugarlo con personas que están muy lejos de ser amigos de uno.

Yo pregunto, si lo juego en la universidad y me sale el man por el que me dejó mi ex novia –quien además es marihuanero- ¿eso lo hace amigo mío? Amigas las huevas y ni se hablan.

2) Después de que todo el mundo sacó el dichoso papel, no falta la ovariona que hace repetir la repartición de “amigos” porque justo a ella le salió “la Sara Corrales” de la universidad, o sea la zorra-guaricha-quita-novios de la Natalia, a quien detesta y por ningún motivo le va a dar ese regalo súper divi que piensa comprarle a su amigo secreto.

3) Uno sacó a David y aunque no es amigo de él sabe que con una botella de guaro lo va a dejar más que contento, es un regalo relativamente barato y usted se evitará matarse la cabeza pensando en que dar.

El problema es que como a la ovariona le dio por hacer berrinche e hizo que todos devolvieran sus papeles, a usted ya no le toca darle el regalo a David sino a Daniela, la vieja a la que le carga tantas ganas (o que le gusta, para decirlo más romantico), o lo que es peor, le salió la ovariona. Ahora digame usted ¿uno que le da a ese par de viejas?

4) ¿Qué me dicen de la “endulzada”? ¿habrá algo más gay que pensar “como voy a endulzar a David?

5) ¿Habrá algo más gay que David tratando de “endulzarme”, y que a mí me guste la “endulzada”?

6) Hay quienes recurren a este juego como táctica se seducción, me explico: hay quienes buscan al que le salió la vieja que le gusta –a la cual nunca le ha hablado pero le gusta- para chantajearlo y convencerlo de cambiar, pues creen que con darle un regalazo la vieja a quedar tendida a sus pies.

Falso. Si el regalo es muy bueno usted quedará como un petardo y si el regalo es muy malo, también. O sea, a ellas nada les gusta. Nada. Evítese la vergüenza y conquístela de otro modo.

A eso súmele que uno se mata (gasta un poquito más de lo debido, dedica toda una tarde para buscar el detallito, etc) y hace el esfuercito de dar algo mediamente decente para que después le salgan a uno con “una bobadita”, pero literal: “mi amigo secreto es Julián, mira juli, te traje una bobadita”. Y si, uno va a ver y es una mochila artesanal, o un libro de superación personal, o una camiseta de Herpo, o una botella de Cherrynol, etc.

En conclusión, jugar amigo secreto es lo más desgastante e improductivo que existe. Siempre hay rencillas de por medio y la gente nunca queda contenta con lo que se les da. El juego es tan improductivo, repito, que no sirve ni para hacer un post medianamente bueno (para la muestra un botón, aunque todos sabemos que en este caso el malo es el autor).

PD: agredezco mucho esta invitación y ruego que me perdonen la demora. Este blog merece mi total respeto y admiración pues se ha mantenido vigente no-sé-cuantos-años, mantiene actualizado y al autor nunca le he notado ínfulas de grandeza, cosa poco común en blogueros tan buenos como él.

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@aescallon: Este es el séptimo y último post de la serie de publicaciones dedicadas a mi blog que ya tiene varios años y no le he celebrado ninguno.

Esta entrada fue escrita por @julianhdez para el especial de Amor y Amistad. Muchas gracias a Julián por su participación y buenos textos.

5 comentarios:

Susana dijo...

jejejee... a mi de amigo secreto me regalaron una porcelana de un gato que me ya se me quebro...

Antonio E. dijo...

LM: jaja este post es muy cierto y lo estás corroborando ;)

Susana dijo...

yo regale una jacket que me costo 60 veces el valor de la porcelana... jajajaja...

Susana dijo...

en otras palabras quede como el petardo.... :D

Antonio E. dijo...

LM: jeje ni modo. Que sirva de experiencia para una próxima oportunidad