viernes, octubre 31, 2008

Soy Leyenda

Como en la película que lleva el mismo nombre, me hubiera gustado convertirme en leyenda por algún acto heroico pero no, a mí me toco ser leyenda en otras circunstancias.

Era el año 2006, 13 de mayo para ser preciso. Uno de los días más importantes de mi vida, por lo menos eso pensaba hasta antes de las 10 de la mañana. Era el día en el que iba a recibir oficialmente mi título como ingeniero de una prestigiosa universidad de la ciudad de Cali.

Días antes había asistido al ensayo, todo muy organizado, cada uno tenía un puesto asignado y en ese mismo orden seríamos llamados para recibir el diploma de manos del rector de la universidad.

Llegado el momento y para hacer corto este relato, era el turno de la fila en la que yo me encontraba. Yo estaba atrás de Alexander Nomeacuerdo y detrás de mí estaba John Doe supongamos. La encargada de llamar a cada uno para recibir el diploma y dar la mano a los integrantes de la mesa principal seguía el orden de la lista que tenía en sus manos, de pronto llegó el turno de Alexander Nomeacuerdo y cuando respiré profundo para proceder a recibir mi anhelado diploma, ¡PLOP! Llamaron a John Doe y al siguiente… y al siguiente… mientras tanto yo parado a un lado viéndolos pasar.

Tal vez fue uno de esos momentos en los que pocos segundos se hacen eternos, mi reacción fue mirar a la vieja que debió llamarme y que seguramente me saltó… ella me hizo señas para que procediera y yo lo hice ¿qué más podía hacer? Claro llegué y por obvias razones el siguiente diploma no era el mío, ni el siguiente, ni el anterior, en fin la ceremonia se detuvo hasta que después de mucho buscar y con la ayuda de la directora de mi carrera por fin apareció el bendito diploma. De ahí en adelante la risa nerviosa (:S), la foto y sale… que oso y que rabia.

Ahora asustan con esta “leyenda” a los que se van a graduar, les dicen "no te van a llamaaar jajaja", así me convertí en leyenda urbana.

Conclusión: Nunca me llamaron el día de mi grado. Si usted ya se graduó adelante, ríase. Pero si no se ha graduado ojo que usted también podría ser leyenda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja Muy bueno....(O sea muy malo).
Por un tiempo pensé que la peor leyenda de la universidad era la del tipo que se llevaron para el ejercito (con esa me asustaban a mi) en segundo semestre ó la del tipo que le ardía el pecho en un partido de baloncesto.....
En fin solo nos resta sonreir cuando nos damos cuenta de que nos convertimos en leyenda

Anónimo dijo...

La verdad antes de escuchar tu historia JAMAS habria contemplado esa posibilidad...ahora...solo espero que por mi bien, eso no suceda...lo que si tengo muy claro es que ese día te estaré pensando un poco más de lo normal!!!...y con un poco de preocupacion...creo.